En el mundo de los dispositivos electrónicos, un reinicio o reset
del sistema se encarga de limpiar cualquier error pendiente y de regresar todo a
la normalidad o a su estado inicial, de una manera controlada. Y, es una de las
actividades que más practicamos durante la vida de nuestros aparatos.
Cuando una actividad falla, el programa activa mecanismos para tratar de
recuperarse. Si pasa mucho tiempo, es decir hay un time out y no es
posible reintentar el inicio o abortar la petición por completo, en respuesta al
error el programa se detiene por completo y se reinicia.
Esa descripción es más o menos lo que muchos usuarios de Windows experimentan incontables veces en su vida. Los
"pantallazos azules de Windows", suceden cuando el sistema encuentra un problema
que puede estar relacionado con software, hardware o brujería;
y deja de funcionar por completo. Windows, entonces se detiene, porque no le es
posible continuar funcionando y, al reiniciarse, el código puede
ejecutarse desde cero con la esperanza de no encontrar el mismo error
nuevamente.
La pantalla azul no es siempre de la muerte.
Esto pasa mucho, a pesar de todo el drama que muchos usuarios arman cuando
las ven, las pantallas azules no representan problemas recurrentes la mayoría de
las veces. La pantalla azul viene y luego se va. En muchos casos ni siquiera la
vuelves a ver. A menos que el problema esté relacionado con alguna pieza del
hardware, la pantalla azul no es de la muerte. Una tarjeta madre
quemada, eso es la muerte.
Muchos computadores de escritorio incluyen un botón de reset
precisamente para lidiar con estos errores, ya que reiniciar el sistema
es mucho menos estresante para el hardware que el apagado,
porque la inyección de energía no se detiene; además de que este tipo de
reinicio mediante el botón no puede ser prevenido por el sistema operativo. Con
el tiempo la mayoría de los ordenadores han eliminado este botón. Pero, por otro
lado los sistemas operativos se han vuelto más eficientes a la hora de
permitirnos reiniciar cuando un problema se presenta.
Siendo un poco más justos, Windows no es el único sistema que se beneficia
del botón de reset; ni los computadores son los únicos dispositivos que
sufren de estos errores. Lo mismo pasa con los smartphones, los modems,
los routers, etc. ¿Cuantas veces no hemos reiniciado el router
o el modem por tener problemas con nuestra conexión a Internet, y todo se
soluciona apretando ese botoncito?.
Reiniciarlos a todos.
Los dispositivos móviles modernos a pesar de tener muy pocos botones, cuentan
con una combinación de teclas que nos permite reiniciar el sistema cuando ocurre un
problema del cual no pueden recuperarse. Por ejemplo, en un iPhone
o iPad en caso de que la pantalla no responda, podemos presionar por varios
segundos el botón principal y el de encendido para reiniciar el dispositivo.
Las consolas de videojuegos, salvo las generaciones
más recientes, todas incluían un botón de reset para esos casos en los
que el juego se "colgaba". Presionar ese botón nos dejaba seguir jugando, y sin
importar cuantas veces lo hiciésemos la consola seguía funcionando.
Cualquier programa puede sufrir este tipo de errores, y detenerse. Por tanto
necesitan cerrarse para volver a su estado original libre de
errores, en el próximo inicio.
Por ejemplo, en el caso de Goolge Chrome, un navegador que consume enormes cantidades
de memoria RAM, y que genera procesos individuales para cada pestaña, cada
extensión, cada plugin, etc. Y que a pesar de que cerremos casi todas
las pestañas sigue "extrañamente" consumiendo más y más, termina por ponerse
lento y llevarse el resto del sistema por el mismo camino. Reiniciarlo lo
regresa a un estado limpio y resuelve la excesiva fuga de memoria.
Lo mismo aplica para todo el software, y aunque algunos sistemas son
más eficientes que otros resolviendo errores, y recuperándose de ellos, no son
inmunes, ni infalibles.
Es un calmante, no la cura.
Aunque lo ideal sería averiguar cual es la causa de un
problema y resolverlo, reiniciar puede solucionar en muchos casos una
gran cantidad de errores, y por supuesto resulta mucho más fácil y consume mucho
menos tiempo. Si el error se soluciona con un simple reset podemos
continuar nuestra vida felices, ya que es realmente una solución valida.
Con esto no queremos decir, que reiniciando siempre vamos a solucionar todos
los problemas, ni mucho menos. Cuando los errores persisten y son recurrentes,
sabemos que algo está fallando y atacar el problema de raíz es la solución
permanente.
Entrar en un bucle infinito de reinicio, no es precisamente la forma
más práctica de vivir, ni tampoco un incentivo a nuestra productividad. Si los
reinicios son cosa de varias veces al día, entonces definitivamente hay algo mal
con tu ordenador y necesitas hacerle mantenimiento, repararlo o cambiarlo por uno nuevo.
Fuente: www.howtogeek.com
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