Esta quizás es una de las preguntas que todos nos hemos hecho pero realmente no hemos conseguido una respuesta certera. Los usuarios de computadores portátiles están día a día llevando la fiel herramienta de trabajo de arriba a abajo, cumpliendo con su propósito original, por lo que al momento de cerrar la tapa del computador, nace la pregunta de si debemos apagar, suspender o hibernar el portátil.
Para enfocarnos en el público general vamos a centrarnos en portátiles y descartaremos todos los equipos que por diversos motivos tienen que estar 24/7 encendidos, como servidores. Nos centramos por tanto en portátiles que, por motivos laborales o de ocio, se usan diariamente.
Para poder tomar la decisión más adecuada, es importante entender bien en qué consiste cada una de ellas. Windows nos ofrece tres opciones diferentes: suspensión, hibernación y apagado. Mac las reduce a dos: reposo y apagado.
Windows
Suspensión: guarda el trabajo que estaba abierto en ese momento, así como la configuración de la memoria con un bajo consumo energético y permite a su vez reanudar rápidamente el funcionamiento a pleno rendimiento. Tal y como indica Microsoft, se podría comparar con dejar el reproductor de DVD en pausa, la función de reproducción se para, pero está listo para continuar en cuanto le des de nuevo a play.
Hibernación: es un estado de ahorro de energía pensado principalmente para equipos portátiles. Se guardan los documentos y programas abiertos en el disco duro para después apagar el equipo. Consume menos energía que el modo suspensión y prácticamente lo mismo que en el modo apagado.
Cada opción está diseñada para un tipo de uso diferente. Si te tomas una pausa con el ordenador pero tienes previsto volver a trabajar en el plazo de unas horas, lo recomendable es que pongas el ordenador en suspensión. Por defecto, es la opción que presentan los ordenadores portátiles. Las aplicaciones se quedan abiertas, el consumo de energía es bajo y tanto el apagado como el encendido es rápido.
Si terminas de usar el ordenador al finalizar el día, y piensas continuar al día siguiente, la mejor opción es la de hibernación. El reinicio será un poco más lento que en el modo suspensión, pero el ahorro de energía será mayor. Los portátiles están diseñados para moverte con ellos, y este modo está especialmente diseñado para tal fin. Permite reiniciar la sesión sin perder demasiado tiempo (al igual que en suspensión las aplicaciones se mantienen abiertas) y protege el disco duro y demás componentes de los movimientos bruscos.
Apagar: si vas a pasar varios días sin utilizar el ordenador, la mejor opción es apagar el portátil. El reinicio es más lento porque se ha de iniciar sesión en todos los programas, pero permitirá tener un consumo cero durante el tiempo que no lo utilices.
OSX
En el caso de OSX de Apple, los de Cupertino han desarrollado el modo reposo para reducir el consumo de energía al mínimo y que tenga un rápido reinicio gracias a que se sigue suministrando energía a la memoria RAM.
Apple recomienda que se utilice el modo reposo para el día a día y que se apague el computador cuando no se lo vaya a utilizar por un periodo de tiempo prolongado.
Si vas a usar de manera continuada tu MacBook, la mejor opción debería ser el modo reposo. Lo recomendable es que cada cierto tiempo se apague el computador para que el sistema se actualice como parte de las tareas rutinarias de mantenimiento.
Por otro lado, si no te importa tanto el tiempo de espera hasta que se reinicia cada vez tu MacBook, buscas alargar al máximo su vida útil y no malgastar energía, tu opción es apagar el portátil cada noche.
Ya sea que se utilice Windows u OSX es importante saber escoger adecuadamente entre las diferentes opciones en función el uso que le des a tu equipo en cada momento. De esta forma, además de ahorrar dinero al año en luz, esto permitirá que los componentes del equipo duren mucho más tiempo.
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