Lo conocimos hace algo más de un mes: Samsung Gamepad, el mando con el que Samsung asomaba la cabeza en el terreno de los videojuegos móviles yendo un poco más allá. Sin llegar a presentar una consola propia basada en Android al estilo de Ouya (hablamos de Samsung, así que al tiempo), pero ofreciendo una solución algo más avanzada para los más jugones. Hemos podido probarlo hoy durante el Samsung Fórum 2014, donde hemos podido probar novedades para Gizmología.
Ligero, con buen diseño, cómodo de usar y rápido.
Lo que más me preocupaba del Samsung Gamepad antes de probarlo era si iba a ser cómodo de manejar o por el contrario iba a convertirse en un ejercicio de equilibrio entre smartphone y mando que acabase arruinando la experiencia.
No fue así. De hecho, me sorprendió lo ligero que es. Pesa 195 gramos, algo más que un Lumia 920, por ejemplo, y menos que un Sony Xperia Z Ultra. Para establecer una comparativa, menos también que el mando de una Xbox 360 (265 gramos) y casi lo mismo que el de una PS3 (192 gramos).
También me preocupaba si esos dos sticks analógicos tan planos darían un resultado satisfactorio. No están al nivel de una Xbox 360, obviamente, pero no sería justo pedirle eso a un mando para jugar con el smartphone. Cumplen de forma más que aceptable.
A nivel estético también cumple, demuestra tener bastante personalidad y conseguir una solución con identidad propia sin tener que quedar como un clon de PS3 o Xbox 360.
Porque si usted recuerda el prototipo inicial que vimos con el Galaxy S4, aquello era un mando blanco de Xbox 360 con alguna modificación en la parte central. Aparte, trae gatillos, imprescindibles para una experiencia de juego completa.
Aunque en la foto puede parecer que son de difícil acceso por la arquitectura del Samsung Gamepad, no lo es, es justo ahí donde descansasn nuestros dedos.
Definitivamente, mejor que el Moga en casi todos los aspectos.
Sobre el smartphone: lo estuve probando con un Galaxy Note 3 (5,7 pulgadas). En ese sentido es bastante versátil, pues soporta tamaños de entre 4 y 6,3 pulgadas. Eso sí, de smartphones con Android 4.3 o superior. Funciona vía Bluetooth (3.0, no 4.0, punto negativo), pero el primer emparejamiento puede hacerse vía NFC, bastante rápido.
El tiempo de respuesta fue óptimo, y la experiencia en general fue bastante más satisfactoria que con el Moga, por ejemplo. Con su botón Play se abre directamente la lista de juegos compatibles. En la unidad de demostración únicamente uno de tenis.
Esto último es quizás la parte más urgente: mejorar el catálogo incentivando a los desarrolladores y grandes estudios de videojuegos famosos, e inmediatamente después empezar con la campaña de marketing del Samsung Gamepad (o eso opino yo, que desde luego no soy ningún experto en marketing).
Yo al menos le veo futuro, más aún en un Android, con las posibilidades que ello conlleva en cuanto a emuladores de consolas clásicas, por ejemplo. También es posible conectar smartphone y Gamepad a la TV vía AllShare o HDMI, pero quizás sea un paso sin tanto sentido: si las consolas con Android están pasando con más pena que gloria, y la gracia del Gamepad es la movilidad, atar un juego móvil a una TV pinta más a "quiero y no puedo". Y siendo Samsung, sabemos que es más bien un "no quiero".
Si quisiese que jugáramos a juegos móviles en la TV, hubiésemos tenido consola Android Samsung hace meses.
Todavía no se sabe con certeza la disponibilidad y precios, pero en Amazon Alemania se vende por 55 euros (unos 75 dólares americanos).
